Mañana despertaremos y diremos...por fin ha llegado. La espera ha sido agobiantemente larga, tan larga que se ha llevado a aquel que todos los años nos anuncia su llegada...el azahar. Todos tenemos ganas de despertarnos todos los días de la semana que está por venir bajo un sol radiante (que está difícil, pero recemos por que sea así) y echarnos a la calle para ver a nuestras cofradías, algunos para salir con ellas, acompañar a nuestro Cristo y a nuestra Virgen.